Publicado 2001-11-01
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Resumo
En el siglo XX, se ha intentado articular el convencionalismo lingüístico de maneras distintas. Uno de los enfoques más prometedores fue el que propuso David Lewis a finales de los años 60 e inicio de los 70. Lewis subsume las regularidades convencionales que subyacen a la actividad de hablar un lenguaje bajo los estados de equilibrio más generales que resultan de cualquier tipo de compot1-amiento cooperativo racional. En este artículo propongo que, pese a su atractivo, las convenciones lewisianas deberían ser abandonadas en favor del convencionalismo lingüístico del segundo Wittgenstein. Mi motivación para recomendar tal giro es que la propuesta de Lewis no es capaz de ofrecer una respuesta satisfactoria a la objeción de Donald Davidson, de acuerdo con la cual la teoría convencionalista de Lewis no puede explicar la ocurrencia sistemática de malapropismos (malapropisms) en nuestro uso ordinario del lenguaje. En las últimas secciones del artículo, me dedico a mostrar cómo las convenciones wittgensteinianas sí pueden explicar el fenómeno de los malapropismos.